9 de junio de 2008

Post Del 7 Y No De Hoy

Vivo en la trastienda de una oficina. El baño es tan pequeño que la regadera está justo sobre el excusado. No tengo cocina, ya no digamos estufa. Cocino en microondas y mi dieta está basada en sopa de pasta, gluten y arroz. No tengo auto, viajo en "combi" cuando necesito moverme por la ciudad.

No puedo recordar la palabra que usaste: solidez? concreto? propiedad? seguridad? estoy segura que no era ninguna de éstas.

Pareciera que así como uno pasa de sensoriomotriz a preoperacional o de 5o a 6o año... debe pasar obligatoriamente del departamento amueblado estilo "rebajas de wallmart" a una casa tri-recámaras-bi-cochera, 2 y 1/2 baños, minivan en la puerta y un lindo jardín.

Pienso en mi tiempo y en el tuyo. Me comparo con la gente a mi alrrededor y me siento atrás en la fila. Y me comparo a veces y me siento con algunos metros de ventaja delante del pelotón.

Pienso en tu tiempo y siento que debo apretar el paso, que no hay tiempo que perder. Como el conejo de Alicia veo el reloj solo para angustiarme y correr. Aunque aun no tenga claro hacia dónde ni por qué.

Solidez, seguridad, firmeza, no recuerdo la palabra. Pero mientras hablabas de esto se me llenaban los ojos de lágrimas. Como si esto significara que estabas renunciando a mí. Irónicamente tu hablas de solidez en la tierra donde yo ubico todo lo que es sólido. Hablas de seguridad justo ahí donde yo me siento segura. Y sobre todo, hablas de todo esto pintando un panorama que me incluye.

Una vivienda en la trastienda de una oficina no es bajo ninguna perspectiva de ninguna cultura o subcultura un signo de progreso o cuando menos de estabilidad.

Pero, si pienso en tu tiempo y en el mío... sin mirar los tiempos de mis primos exitosos y solventes, o de mis compañeros de universidad con mejor ropa y mejor auto (con auto de hecho), o los tiempos de los libros de desarrollo humano...
Si miro mi tiempo de niña que decidió ser mujer hace tres años, mi tiempo sin renta subsidiada por los padres ni lavandería gratis cortesía de mamá...
Si miro tu tiempo de hombre que decidió ser libre hace 7 años, saltando al vacío, sin nada más que una sonrisa y la ropa mojada, tu tiempo de aprendiz del capital a la edad que se cree que se ha aprendido casi todo...
Si miro nuestros tiempos solos, sin otros tiempos, medidos por tu reloj de extensible desajustado y mi reloj dorado de cumpleaños, si nos miro solos, esa palabra que usaste (la que no recuerdo) solidez, estabilidad, seguridad; se ilumina en la trastienda de la oficina bañando las mañanas en las que despertamos con sonrisas, los desayunos de café y galletas "Soriana", las sesiones de televisión nacional en la que ambos carcajeamos con el mismo viejo capítulo repetido, los muebles de campismo que hoy son la decoración de casa.

Es verdad que a veces añoro la casa tri-recámara, pero no siento añoranza de estabilidad. Hoy, sin una estufa, bañándome junto al excusado, cenando gluten y viendo cada noche Malcolm (otra vez) me siento establemente/seguramente/sólidamente muy muy muy feliz.

Feliz 7 aniversario!

1 comentario:

Sirena dijo...

Casi siento que comentando aquí, falto el respeto al post y lo que implica... pero mi "bigmouth" no me deja quedarme callada... me consta que el período especial es especial por maravilla, no por escasez y que a esa casa-oficina-refugio no le hace falta nada (de pronto un poco de café de Costa Rica y unos visitantes que ojalá regresen juntos muy pronto). De nuevo, felicidades... ya dije... ¿cómo les agradecemos el ejemplo?