Que no debía ver las noticias americanas decía ella, "ese no es nuestro país, además ya dijeron que ganó, a nosotros de todos modos nos carga la chingada, no va pasar ningún cambio"
Tal vez sean las ideas que la vejez va tejiendo en las cabezas de las tías mayores como hiedras que no se sueltan de la pared, o tal vez sea la ingenuidad que tengo yo con 50 años menos que ella, pero me di la vuelta y caminé hacia otra habitación, para encender otra televisión.
Puede que sea la ingenuidad, pero no es que yo espere ahora que los mexicanos puedan pasar la frontera como "Pedro por su casa", o que Cuba no tenga más bloqueo, o que las guerras cesen... puede ser la ingenuidad, pero el cambio que yo esperaba ya se dió... o que no notan que el presidente es de otro color?
6 de noviembre de 2008
El Sexo Débil
Ellas fueron cinco. Tal vez debieron tener una vida menos dura, pero eso nunca puede saberse. Su madre murió cuando aún eran jóvenes. En aquel entonces no se usaba que un hombre pudiera criar hijos solos (no estoy segura que ahora se use tampoco). Regalaron a la más pequeña con otra familia (en aquel entonces eso se usaba). Las cinco vivieron su vida. Fue hace tanto tiempo y nadie habla mal de los muertos, así que no tengo la certeza de su valentía o su fuerza o su coraje, pero quiénes las conocieron admiran eso de ellas. Todas tuvieron hijos, ninguna tuvo marido. Ellas no pudieron estudiar nada (en aquel entonces eso no se usaba), ninguna sabía leer o escribir, todos los hijos que tuvieron se hicieron de alguna profesión (en aquel entonces empezaba a usarse eso).
Serafina fue una de ellas. Serafina lavaba y planchaba ropa en casa de Pablo. Así fue (así y acompañado de otras circunstancias que no son punto de este post) que Serafina tuvo una hija. La familia de Pablo también quiso que "se la regalaran", y es que realmente ¿cómo podía una mujer sola sin educación criar a una hija? Serafina no era culta, pero no era tonta. Demostró que una cria a una hija sola lavando y planchando, haciendo dulces y vendiéndolos, limpiando casas de otros como Pablo, pero con menos ingenuidad.- "Para conocer el mundo con un hijo basta" solía decir (no sé si con orgullo o con resignación).
La hija de Serafina tuvo cinco hijos, tampoco tuvo marido. El padre de sus dos hijas mayores se volvió comunista, y con el comunismo se fue. El padre de sus otros tres hijos no se volvió comunista sino peor, se murió. Esta mujer está muerta ahora, y tampoco se con certeza sus acciones o su vida, pero lo cierto es que sus cinco hijos son ahora padres de hermosas familias. Hoy nadie de estas familias tiene que lavar o planchar para alimentar a sus hijos, ahora deben ir a sus oficinas y ejercer sus profesiones. Ya no más deben ir de un lado para otro por trabajo, Serafina pudo hacerse de una casa muy grande con su trabajo, su hija pudo hacerse de otra casa para ayudar a sus hijos.
Serafina y su hija son mi bisabuela y abuela. La primera murió décadas antes de haber nacido yo, mi abuela murió dos años antes. Me he criado con las historias de estas dos mujeres, de la sabia ignorancia de Serafina, de la espontaneidad y extemporaneidad de la abuela. Pero sobre todo de su fuerza.
Es por eso que cuando me dices "imagina dos mujeres solas pasando trabajos" solo puedo ver dos fortalezas cerrando filas, jamás pasará por mi cabeza la imagen de dos doncellas agitando sus pañuelos hacia los caballeros, suplicando el rescate.
Serafina fue una de ellas. Serafina lavaba y planchaba ropa en casa de Pablo. Así fue (así y acompañado de otras circunstancias que no son punto de este post) que Serafina tuvo una hija. La familia de Pablo también quiso que "se la regalaran", y es que realmente ¿cómo podía una mujer sola sin educación criar a una hija? Serafina no era culta, pero no era tonta. Demostró que una cria a una hija sola lavando y planchando, haciendo dulces y vendiéndolos, limpiando casas de otros como Pablo, pero con menos ingenuidad.- "Para conocer el mundo con un hijo basta" solía decir (no sé si con orgullo o con resignación).
La hija de Serafina tuvo cinco hijos, tampoco tuvo marido. El padre de sus dos hijas mayores se volvió comunista, y con el comunismo se fue. El padre de sus otros tres hijos no se volvió comunista sino peor, se murió. Esta mujer está muerta ahora, y tampoco se con certeza sus acciones o su vida, pero lo cierto es que sus cinco hijos son ahora padres de hermosas familias. Hoy nadie de estas familias tiene que lavar o planchar para alimentar a sus hijos, ahora deben ir a sus oficinas y ejercer sus profesiones. Ya no más deben ir de un lado para otro por trabajo, Serafina pudo hacerse de una casa muy grande con su trabajo, su hija pudo hacerse de otra casa para ayudar a sus hijos.
Serafina y su hija son mi bisabuela y abuela. La primera murió décadas antes de haber nacido yo, mi abuela murió dos años antes. Me he criado con las historias de estas dos mujeres, de la sabia ignorancia de Serafina, de la espontaneidad y extemporaneidad de la abuela. Pero sobre todo de su fuerza.
Es por eso que cuando me dices "imagina dos mujeres solas pasando trabajos" solo puedo ver dos fortalezas cerrando filas, jamás pasará por mi cabeza la imagen de dos doncellas agitando sus pañuelos hacia los caballeros, suplicando el rescate.
1 de noviembre de 2008
Noche De Muertos
Ella casi nunca pensaba en él. Y así se lo dijo. Y a esto añadió que debían irse.
-Sabes? la verdad es que en la casa sí tenemos angelitos... y entonces sí debo tener el altar listo para hoy. Casi nunca pienso en él- repitió- pero hoy sí estoy pensando en él y en que ahora tendría 27 años... -
Él no dijo nada (como casi siempre) pero le pasó el brazo por sobre su hombro... y se fueron caminando juntos por la calzada que siempre es oscura, pero que hoy estaba iluminada por las veladoras de los altares, caminando rápido de regreso a casa, a hacer el altar.
-Sabes? la verdad es que en la casa sí tenemos angelitos... y entonces sí debo tener el altar listo para hoy. Casi nunca pienso en él- repitió- pero hoy sí estoy pensando en él y en que ahora tendría 27 años... -
Él no dijo nada (como casi siempre) pero le pasó el brazo por sobre su hombro... y se fueron caminando juntos por la calzada que siempre es oscura, pero que hoy estaba iluminada por las veladoras de los altares, caminando rápido de regreso a casa, a hacer el altar.
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