21 de mayo de 2007

Café Con Cuerpo, Café Con Voz


Yo siempre me he jactado de ser una bebedora de café. En el castillo de la Reyna, no se puede beber café negro hasta que eres un adulto, es como un rito. Si ya te dejan beber café negro, entonces ya no eres un niño, los niños lo toman con leche. Para ser muy honestos yo nunca aprendí a beberlo sin azúcar, pero sí negro.


Con el tiempo me fuí haciendo más aguda: conocer cuando el café es viejo, cuando es "nescafé", cuando lo tostaron mucho, cuando lo quemaron en la cafetera, e incluso a hacer buen café.


Fui refinando mi gusto, conociendo que tipo de tostado me gustaba más, que tipo de grano, que tipo de cultivo...


Pero el conocimiento, el "insigth" más grande, vino ahora con esta soledad: yo prefiero el café con vos.